Una caricia
Este fin de semana conocí a Gary. Sobre su dentada espalda me la pasé increíble porque sólo tenía que echarme y esperar a que alguien me acercara otra cerveza, entonces sorber y después seguir mirando hacia la esquina del océano. Perdido. Minutos enteros. Sobre Gary comprendí qué era lo que necesitaba este fin de semana. Andaba buscando por otro lado cuando sólo tenía que tomar un autobús y escalar algunos kilómetros hacia el norte del país para recibir lo justo. Allá, por el norte, con Gary debajo, descubrí que lo único que necesitaba era una caricia.
Este es el gran Gary. Gracias Gary, te queremos.
Este es el gran Gary. Gracias Gary, te queremos.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home