Wednesday, May 02, 2007

Ok Computer

La semana pasada salía a prisa de casa para entrevistarme con alguien cuando descubrí que mi grabadora no tenía cinta. Buscaba desesperado en unos cajones una que pudiera borrar para salir del apuro cuando me encontré con esto:



Grabé este cassete hace diez años. Iba en la universidad cuando alguien puso un disco en mis manos diciéndome “esto es música para volar”. Encontrarme la cinta destapó la cloaca de los recuerdos. Como cuando un amigo y yo supimos que los ingleses tocarían en La Diabla, como si fueran La Lupita o algo parecido, y “Creep” sonaba hasta en 97. 7. Tengo muy presente el día del concierto; no teníamos ni un peso y nos quedamos sentados en la banqueta imaginando a Thom Yorke untado en el atril, cantando “Stop whispering”, sin saber que esa noche sería lo más cerca que físicamente estaríamos del quinteto de Oxford, apenas a unas cuantas estaciones del metro de distancia. Tiempo después, en medio de una borrachera, me encontré con The Bends en una casa ajena, y literalmente despegué del suelo con “Just” y “Fake plastic trees”. Cuando Ok Computer estuvo en las tiendas, por todas partes se hablaba de que era una maravilla, una verdadera joya. Yo lo creía, pero también pensaba que para el quinteto sería difícil superar la perfección de “High and dry”, la rabia de “My iron lung”, la belleza de “Street spirit” o la desilusión de “Proove yourself”. Así que cuando me pusieron en las manos su tercera entrega, y acompañada de la frase “música para volar”, honestamente no me la creí del todo. Sólo tomé prestado el disco y me largué.

Cuando llegué a mi cuarto me dije: pondré sólo las dos primeras canciones para ver más o menos cómo suena y después me salgo a buscar algo en la calle. Pobre pendejo: “para ver más o menos cómo suena…" Apagué la luz y me senté en la orilla de la cama, lo más cerca posible de las bocinas. Puf. No me levanté de ahí -y prácticamente no me moví- hasta que el disco terminó de sonar. Recuerdo que cuando me paré de la cama todo mareado, pensé: ¿y cómo chingados se toca esto en directo? ¿Quién es capaz de hacerlo? Fue una sacudida, brutal. Esas canciones me dejaron temblando durante varios años y lo siguen haciendo cada vez que vuelvo a ellas. Desde aquella escucha en la noche, a la orilla de la cama, me dediqué a rascarlas con avidez para encontrar todas sus menudencias. Y lo hice con una cinta girando, porque no compré el disco hasta varios años más tarde. Recuerdo que de tanto escuchar el cassete que esa misma noche grabé, varias canciones quedaron fracturadas, entre ellas “Let down” y “Exit music (for a film)”. Le hice baches a la cinta por excederme adelantando y regresando, adelantando y regresando...

Ahora que he vuelto a encontrar esta cintota voy a dejarla tal y como está. Para qué borrar su contenido. Es más, la voy a poner a girar de nuevo. Este 2007 se cumplen diez años de que ese disco sin madre salió a la venta y de seguro pronto vendrá la edición de aniversario con varios extras. Se ve venir; la disquera celebrará con un relanzamiento en vinil, otro en CD 5.1, y uno más en Double Disc… pero no van a atreverse a sacarlo en cinta. Qué va. Afortunadamente yo ya tengo mi edición de lujo, y no tiene precio. Voy a poner mi cassete como hace diez años, y cuando acabe de escucharlo saldré, otra vez, a enseñárselo a todos mis amigos. “Escuchen esto por favor, es por su bien. No, no es música para volar; es para escarbar. Hondo, muy hondo.”

Aquí tienen a Nigel Godrich buscando mi cassete trás su consola de mando.

5 Comments:

Blogger rogelio garza said...

Qué chingona anécdota del caset. Ma late un chingo la onda de los tapes.
Pero Radiohead nomás no me hace gracia, de plano no me cuadra... ni diez años después.

saludos!

5:30 PM  
Blogger elgüesos said...

Sí, las cintas son una chingonería. Yo sigo usando walkman, me aferro a él aunque todos me critican. Nada como cassetote girando...

6:37 PM  
Anonymous Anonymous said...

... Ese chillido casi imperceptible de la cinta girando... Habrá que reivindicar ese sonido desdeñado y elevarlo a la categoría de música para hacer el amor... Y esto me trae a la memoria otro tipo de sensibilidad pre-empitripleyer: volteo y ahí, en un rincón siguen los tapes en caja con las portadas que uno hacía a mano, cortando, pegando, rayando; intentando reflejar el resultado de horas de afinar oreja en la bocina para seleccionar el segundo exacto en el que debería continuar ésta o aquella canción; cazar el final correcto... Volteo y ahí siguen los tapes, el soundtrack de lo que nos tocó despacio... Y todo comienza con una vibración.

2:18 AM  
Blogger elgüesos said...

Sí Carlos. Diseñar las tapas... hágamos una fiesta y que cada invitado lleve su caja de cintas. Salud hasta allá, creí que habías desaparecido de la maraña de la red.

10:40 AM  
Blogger Unknown said...

10 años del 3er mejor disco de la historia del rock!
yo tengo el album, mas no el cd y la verdad no me explico porque jamas lo he comprado! ahora que salga el de aniversario como personalmente creo tambien lo hara EMI, creo inminente hacer la compra
Saludos!

12:15 PM  

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