Tuesday, December 05, 2006

The Album Leaf



La presentación de The Album Leaf significó, al menos para mí, una verdadera prueba de resistencia. Recibí la invitación al concierto ya tarde - digo esto porque sabía a qué hora y cuándo sería la cita, tenía ganas de asistir, pero mi cartera no estaba suficientemente abultada, así que la invitación me cayó increíble- y llegué a Cultural Roots a la media noche. Una vez pasado el protocolo de acceso, suponía que debido a la hora (medianoche) en cualquier momento The Album Leaf tomaría la tarima. Desgraciadamente las cosas no sucedieron así. Austin TV hizo lo suyo y de las bocinas escapó un tufo soporífero que, pese al trago que tenía en mano y a la charla que mantenía entonces con quien me invitó al concierto, lentamente cumplió su cometido. Canción tras canción mi espalda se fue encorvando hasta que terminé en el suelo, con los párpados pesados y el sonido de esos cinco encima, pisoteándome, estimulándome a abandonar el lugar y perderme en una pesadilla plena de orejitas de conejo y brincoteos adolescentes. Pero no me dormí, pese a que todo estaba en contra, soporté la sesión entera, con los ojos abiertos. La acción significó un esfuerzo físico y mental que, después entendería, haría mella en mi, de por sí, frágil condición física.

Pit er Pat subió la escenario entonces. Entre ellos reían, podía encontrarse una complicidad que supongo tenía que ver con la pésima ecualización a la que fueron sometidos. Sin embargo, el trío puso el tablero de juego bajo los reflectores y se dedicaron a lo suyo: juguetear con sus estructuras rítmicas. Manotazos fueron y vinieron, pero la intensión sólo era tambalear la estructura. El juego consistía en jamás derrumbarla y para eso era necesario asirse del teclado de Fay Davis- Jeffers. Al final de su set los aplausos llegaron, más tímidos que los recibidos por Austin TV, pero demasiado entusiastas para la hora: cerca de las tres am.

The Album Leaf sabía de la impertinencia del horario. Podía verse que quedábamos muy pocos de pie. Quizá el grupo estaba la tanto de que la jornada se había prolongado demasiado, que el ruido se había propagado demasiado tarde, así que muy rápido organizaron el cambio de instrumentos y en pocos minutos ya estaban levantando su magnificente sonido. Eran las tres con quince cuando el grupo inició su primer movimiento de la madrugada. A la segunda pieza, yo resentí los estragos de la juerga previa. Me sentía agotado. The Album Leaf hacía entonces una excursión a las chispas que suele escupir un soplete, estaba rascando en su escamosa piel para saber de qué está hecho el fuego en realidad, si verdaderamente es capaz de levantar llagas o se trata de un rumor. Mientras, mi cuerpo era testigo de una lucha descarnada entre el sueño, mi agotamiento físico y esas chispas sobre el escenario. Tristemente, ganaron los dos primeros contendientes. Pasaban de las cuatro y salí de ahí considerando que había que buscar un taxi y que me tomaría media hora descansar mi cabeza en alguna almohada. En la puerta del lugar me encontré con Marinho, me dijo que él tendría que manejar ¡hasta Toluca! Me sentí aliviado de vivir más cerca que él, pero no estaba al tanto entonces de que cerca de mi casa todas las avenidas circundantes eran un caos absoluto: esa madrugada tocaba Banda Recodo o algo así. Tomé un taxi y, ya estando cerca de casa, el coche avanzó a un ritmo desmotivante para mi urgencia. Y no importaba la calle, todas estaban congestionadas. Mi llegada tomó más tiempo del habitual. Yo dormitaba en el asiento trasero del auto, soñaba con tarros de cerveza alemana de cinco litros, con jefes peruanos que intentan reducir costos, con cinco nenes disfrazados de conejo… y me perdí el show de The Album Leaf, sólo estuve una hora presente, no sé cuánto más habrán tocado. Quizá se la hayan amanecido con los instrumentos, alrededor de una fogata hecha con la duela del lugar. Y me lo perdí. Lo lamento, en serio que sí.

surferofiero@yahoo.com.mx

4 Comments:

Anonymous Anonymous said...

si caray. pésima organización.
luego el sonido con pit er pat (n)
no tengo nada en contra de austin pero hubiera preferido ver a childs tocara. total, austin tiene presentaciones a cada rato...
el concierto acabó poquito antes de las 4:30. para mí, faltaron eastern glow y on your way.

11:11 PM  
Anonymous Anonymous said...

huuuuy me cae que yo extraño hasta esas anécdotas. puedo ver claramente tu cara de sufrimiento...es más, hasta puedo ver a los chavitos saltando con austin tv...ya que lo dejen por la paz no? digo, ya estuvo bueno...

11:12 AM  
Blogger elgüesos said...

Cristina. Un gusto que te pasees por este basurero, aunque no nos conocemos personalmente parece que sufrimos las mismas esa noche, ni modo. Y Mag, ay, pues sí, yo voto porque Austin TV se tome una década de descanso y regresen, barrigones y calvos, a tocar por ai´del 2017, por pura nostalgia. Claro que no iremos a escucharlos, para entonces todos viviremos en tu casa de Guanajuato, tú nos mantendrás económicamente y serás la guía de una secta drogo satánica fanática de Raúl Velasco y... extrañamente también de Austin TV.

11:39 AM  
Anonymous Anonymous said...

te hubieras bajado a zapatearle con el Recodo mi güesos, de menos se te quitaba el frío

4:31 AM  

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