Thursday, July 17, 2008

Fiber

Hace ya un año que asistí al FIB, en Benicássim, España. Me molesta ponerme nostálgico al respecto, pero me es inevitable recoger recuerdos del verano pasado en estos días de calor guanajuatense, justo cuando al otro lado del Atlántico arranca la edición 2008 del festival. Gocé infinitamente mi estancia allá, sin embargo también la sufrí harto. Las mañanas eran especialmente complicadas porque el verano en Benicássim es inclemente; a las ocho de la mañana hay que escapar de la tienda de campaña debido a que a esa hora el sol ya lastima en serio, y una vez fuera del calor infernal de la casa de hule es complicado encontrar un poco de sombra. La opción, única y deliciosa, es ir a la playa; allá tampoco se encuentra sombra a cada paso, pero al menos se recibe la brisa. Y se ven bikinis.
Fuera sostenes, vengan las olas y el pop.
En Benicássim es también difícil conseguir un poco de comida decente. Todos los locales están a tope y los pocos que quedan medio ocupados presumen precios de duro alcance. Yo descubrí hasta mi último día de estancia que tomando el tren hacia el siguiente pueblo existían suficientes locales con alimento mucho más barato y rico que el que se encontraba en el lugar de los conciertos. Demasiado tarde. En realidad sobreviví con enlatados y sustancias que se supone producen energía cuando naturalmente has dejado de generarla. Total, que en el FIB no se come bien ni se descansa como debe ser, pero los estimulantes –oficiales y prohibidos- sobran. Además, el aambiente entre los Fiber´s (nombre que reciben los asistentes al festival) es excepcional, y su rutina sublime. La idea de pasar las mañanas en la playa y luego el resto de la jornada, hasta casi amanecer, escuchando buen pop, es una especie de sueño hecho realidad, al menos para mí. Pero el gozo es agotador. Cuatro días a ese ritmo no los soporta cualquiera.
I´m so tired...
Puedes verlo mientras estás ahí. Parece un campo de batalla. Así como hay miles bailando, bebiendo y gritando, rondando sus tobillos hay una cantidad similar de asistentes tumbados en el suelo. No importa la hora; los hayas en las calles del pueblo, en los supermercados, en las orillas de los escenarios, en la playa, en los parques…
Aquí hay limpieza. Yo alguna vez visité el suelo con la idea de descansar dos minutos y desperté horas después, entre montones de basura.
Recuerdo especialmente la noche en que reventó (porque no hay mejor palabra para explicar lo que ocurrió, fue una suerte de explosión) Artic Monkeys. Pufffffff. Fue brutal. La respuesta de los asistentes –en su mayoría ingleses- se salió de toda proporción y sostener el ritmo de la fiesta fue una proeza. Mi camino de vuelta hacia la tienda de campaña, ya por la madrugada, fue penoso. Llegué hecho mierda.
Alex Turner. Un adolescente fluorescente.
Creo que asistir al FIB es algo parecido a una prueba de resistencia. No llega a los extremos de Glastonbury, al menos en España no hay lodo, pero sí que se requieren aptitudes, digamos, especiales para librarla. Es cierto que me molesta ponerme nostálgico, pero hoy se cumple un año de que llegué a Benicassim con un barril de cerveza, una tienda de campaña y una bolsa de dormir. Me considero un Fiber, y planeo volver. Después de todo salí vivo de ahí, y con una sonrisa.
Hace unos días fue inaugurada la estatua del artista local “Jere” allá, en Valencia, la pieza rinde homenaje al Fiber. La obra ha quedado localizada en la Avenida de Castellón, lugar de paso de los asistentes al recinto de conciertos. El alcalde de Benicássim y otros tipos de su calibre dirigieron la ceremonia. Una estatua para el Fiber. Conozco a tres personas que querrán tocar esa figura metálica en su camino hacia los recuerdos.
Detalle de la estatua homenaje al Fiber.

4 Comments:

Anonymous Anonymous said...

una lágrima derramo...saludos al jorge, gina y...el otro con el que salieron de pedo...con todo y su banderita de méxico, tomando sangria barata y brincando por habernos encontrado...todos nosotros fibers ¿verdad que regresaremos?

9:31 PM  
Anonymous Anonymous said...

me gustarìa ir!!!, no importa el calor (aquì llueve de a madres y hasta hace pinche frìo...), con oir mùsica, ver bikinis y echar la flojera...
espero lanzarme el pròximo verano y luego regresar a mi blog con algo como: ¡¡¡ya soy un fiber!!!

saludos!!!

10:20 AM  
Blogger rogelio garza said...

esas jornadas extenuantes sólo las aguantan los chamacos llenos de hormonas y encima se meten todas esas sustancias que los mantienen como camioneros de la ruta del pacífico...

todos los festivales musicales, en cualquier parte, son tal y como los describes.

ay, dios, a dónde vamos a llegar?
pues al FIB...

ya leí tus subidas y bajadas en bicla,supongo que sigues pedaleando...

saludos!

7:10 PM  
Blogger Antonio Dieff said...

www.elruidoderulo.blogspot.com saludos.

4:17 AM  

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